Érase una vez un caluroso día de verano cuando de repente, como si estuviera buscando sombra o alguna otra cosa, llegó a mi casa una vaca roja que, sin pedir permiso y sin esperar a que la invitara, entró y se sentó en medio de la sala.
La Vaca Roja © Copyright 2004. Silvia Cabib & Studio of vagRearg