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Un largo muuuuuuuu fue su respuesta, y como si entendiera perfectamente lo que se le estaba pidiendo dio media vuelta y se
fue.
Cuando volvió, traía, vaya a saber de dónde, una gran pila de libros.
Se sentó y leyó y leyó y buscó, y por largas horas de los libros la vaquita no se movió.
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